Cuando el orgullo supera al talento. La vida no es más que un devenir del tiempo en ciclos, etapas, periodos o como lo quieras llamar. De hecho, siempre se lo comento a mis amigos, cada cosa hay que hacerla en su momento, no pretendas hacer cosas de venteañeros ahora que rondamos los cuarenta, ni intentes ser más adulto de lo que realmente eres cuando todavía te queda mucho por descubrir y aprender. Es ley de vida.

Este fin de semana ha terminado el mundial de MotoGp con el triunfo final de Jorge Lorenzo, y como no, la polémica ha estado servida. Durante estos días he procurado ahondar entre foros italianos y españoles para conocer la opinión de las  aficiones de dos paises y la verdad es que he llegado a una clara conclusión: La opinión publica no entiende de motociclismo.

No, no me mal interpretéis, no quiero decir que el aficionado no sepa de motos, que sabe y mucho¡ ehh¡. Lo que he visto por redes sociales, foros y comentarios en artículos en prensa en cambio me ha demostrado que solo hay dos posturas: O eres rossita o no lo eres.

Yo lo tengo que reconocer, nunca he sido un rossista como tal, con su camiseta, su gorra y su pegatina “The Doctor” en el carenado de mis motos. Soy motero, he sido monitor de circuito y especialista en puesta a punto de chasis y suspensiones, un gran aficionado a las carreras y además, italiano. Si, si, soy italiano, o al menos eso dice mi pasaporte y mi nombre, aunque me delata mi lugar de nacimiento, mi residencia y una madre española, así que, tengo el corazón dividido.

Pero fuera de estas consideraciones vamos a profundizar en el tema. Tal vez por mi forma de ver la vida, no concibo el deporte con agresión o contacto. Siempre que lo he practicado he querido jugar limpio y de forma justa, especialmente aceptando la derrota y aprendiendo de los errores, aunque tal vez por que nunca he sido muy bueno y no me quedaba más remedio. En el motociclismo nunca he aceptado las conductas agresivas, los contactos de carenados ni el juego sucio en pista… ni fuera de ella.

Por algún extraño motivo, nunca he tenido un ídolo dentro del mundo de las motos. Cada año tenía mi favorito en cada categoría independientemente de su nacionalidad, tal vez dejándome llevar por su rendimiento en pista o que se yo, tal vez los colores del carenado¡. Prefería a Lawson antes que a Gadner, a Schwantz antes que a Doohan, a Crivillé antes que a Puig, a Sito antes que a Cardús… y así en un sin fin de confrontaciones.

Con Rossi siempre ha sido una relación amor-odio. Durante años siempre he pensando que era el mayor talento sobre una moto: Técnico, inteligente y con una capacidad para ir más rápido que nadie aunque tuviese todo en contra. Hacía lo que quería, cuando quería y con quien quería. Desde que se monto en la 125 cc siempre mostro un gran carisma que llego a su máximo esplendor cuando aterrizo en 500 cc. Su atrevimiento en pista o la forma de celebrar las victorias eran algo nuevo para el espectador, lo que hizo que los aficionados vieran en Valentino a alguien más allá de un gran piloto.

Llegó un momento donde fuera del circuito el publico parecía una legión de rossistas, vestidos de amarillo chillón, con banderas del 46 o la pegatina del pequeño Valen “Il dottore“. Ningún otro piloto antes había conseguido congregar a tanta afición alrededor suyo. Se había convertido en una verdaderá maquina de marketing gracias a sus exitos deportivos y sus shows delante de la cámara. Por aquel entonces parecía tener a su alrededor un halo que le  coronaba como dios del motociclismo, imbatible y eterno.

Por supuesto llegaron derrotas como con Hayden en 2006 o Stoner en 2007, pero no le debilitaron ya que en los dos años  sucesivos repitió por partida doble campeonato no sin antes comenzar a sentir el aliento del joven e impetuoso Jorge Lorenzo. Pero todo ese sentimiento de ser el mas grande comenzo a desmoronarse en 2010. Un Lorenzo en forma, una lesión que le dejo fuera de juego en el campeonato y la dudas con Yamaha le hicieron acabar el año fichando por Ducati y derrotado por su compañero.

Nunca olvidaré la frase en las horas previas al test de valencia ” En media hora en pista, pondré a punto la Ducati para que sea competitiva…“ todos sabíamos de las carencias y dificultades de esa moto y el gran mito se desmoronó en apenas dos vueltas a la pista….la realidad fue otra muy diferente a la que se imagino Valentino.  Tras dos años horribilis volvio a Yamaha, año 2013, con el rabo entre la piernas y con el discurso de que ” Jorge es el nº1 del equipo” ” Jorge ha hecho un gran trabajo con la moto” etc etc. Stoner, el otro Archienemigo en pista de Rossi se había retirado y le sustituyó el que seguramente parecía el tio más talentoso desde que apareciera Rossi por el mundial, un tal Marc Marquez.

2013 y 2014 fueron dos años de progreso de Valentino.  Se mostró casi siempre más lento que Jorge, sin la misma capacidad para luchar por victoria que antes de su etapa de Ducati, pero los progresos se iban viendo. Durante esos cinco últimos años de penurias, lesiones falta de competitividad nunca faltó esa hinchada que no dejaba de darle el calor que necesitaba, de motivarlo, de demostrar que tanto en los momentos buenos como en los malos ahí estaba, su mejor aliada sin duda.

Tras dos años de dominio de Marquez que tuvo solo a Lorenzo como rival, llegamos a un 2015 donde parecía que el orden establecido estaba cambiando. La Honda era más nerviosa que nunca, Jorge no tenia ritmo, Pedrosa se quejaba de su antebrazo y Valentino… Valentino seguía ahí, como siempre, con su publico, su experiencia y su indiscutible calidad sobre la moto. Falto de velocidad en calificación, pero endiabladamente inteligente en carrera le dieron victorias y podiums no sin antes tener algún episodio controvertido con Marquez en Argéntina y Assen que dejó el ambiente enrarecido entre ambos hasta que llegamos a Philip Island.

Pedrosa tras su retirada temporal del mundial y su falta de rendimiento durante la primera mitad del año estaba fuera de juego por la lucha del campeonato. Marquez, con cinco abandonos ya no tenía posibilidades para luchar por nada más allá de un 3º en el campeonato y solo quedaban Jorge y Valentino con posibilidades de conseguir el título final.

No me cabe duda que Philip Island fue una de las mejores carreras de motos de los últimos tiempos, y sin duda del 2015. Una carrera  a cuatro, donde Iannone, Rossi, Marquez y Lorenzo lucharon de tú a tú en un sin fin de adelantamientos en una pista que se prestaba a ello. La última vuelta fue de esas que dejan un recuerdo en la retina, con un Marquez que fue capaz de atrapar una diferencia de casi un segundo, marcar vuelta rápida y adelantar a Lorenzo en la única curva donde se podía hacer. Marc le ganó la batalle a Jorge y le restó 5 puntos valiosísimos de cara al mundial, y por detrás Iannone, el gran amigo de Valen, le adelantó haciéndole perder 4 puntos respecto a Jorge. Un resultado que solo favorecía a Lorenzo, pero que a nadie le resultó en absoluto extraño…salvo a Rossi. Y aqui es donde se enturbia el mundial 2015.

Rossi denunció ante los medios de comunicación que Marc había corrido para favorcer a Lorenzo, rodando más lento y perturbando el ritmo del grupo. Dio ha entender, que si Marc se hubiera escapado, probablemente el resultado de los tres siguientes hubiera sido otro, pudiendo él haber superado a Jorge. Pero tras visionar la carrera y revisar el vuelta a vuelta a mi, y aqui lo dejo claro, a mi, no me dio esa sensación. Me pareció una carrera donde había 4 pilotos con opciones con un desenlace incierto, como suele suceder en los finales agrupados con pilotos muy igualados.

Esas acusaciones centradas en Marquez, cuando su amigo y compatriota le habia arrebatado en pista 4 puntos enturbió totalmente el ambiente de boxes. Los rossistas eran incredulos y no conozco a ninguno que creyese la versión de Rossi de Philip Island, pero todo el mundo entendía que Rossi había empezado su típica carrera psicológica para influir en los rivales. El problema es que se centró en Marc y no en Jorge.

La carrera de Malasia ha dado mucho que hablar, y no voy a entrar en los detalles del incidente. Todos vimos como Rossi aminoró la velocidad, abrió la trazada, buscó dos veces con la cabeza a Marquez, contactaron y Marc cayó al suelo abandonando. Patada intencionada o simple enganchón, Rossi hizo una maniobra intencionada de relentizar a un rival que acabó como ni si quiera el esperaba y por ello fue sancionado. Si la FIM hubiera sido inteligente, se habría ahorrado muchos problemas. Un “drive throw” a tiempo hubiera servido para contentar a todo el mundo porque el resultado en la carrera para Valentino no hubiera cambiado en exceso, tal vez habría caido al 4º o 5º lugar, pero habría seguido siendo lider del mundial al final de todo y con posibilidades de luchar de tú a tú con Jorge en la última carrera.

Pero más allá de como fue sancionado, el motivo y los rios de tinta que han conllevado durante los dias previos al Gp de Valencia hay que hablar de lo que sucedió en pista en Malasia. A mi no me cabe la menor duda que Marc Marquez, y lo digo sin pelos en la lengua, jugo intencionada y peligrosamente con Valentino Rossi. Marc, con sus 22 años, inmaduro para muchas cosas, experto para muchas otras, quiso dejar claro a Rossi que así, de esa forma, él le podía controlar en carrera, cuando quiería y como quería, y no cuando se refería a Australia. Suena a falta de respeto en pista y a entrometerse en un mundial, pero Rossi había enturbiado tanto el ambiente que pincho en hueso. y ojo, no defiendo a uno ni acuso a otro, solo doy mi impresión.

Y así llegamos a Valencia. Un Rossi enfurecido calentando las redes, un Marquez aún más dolido y un Jorge que queria coronarse campeón del mundo. Pero al final, sucedió uno de los guiones que habían escrito para cerrar el mundial. A Rossi le hicieron un pasillo hasta llegar al 4º lugar sin apenas resistencia, Jorge se escapó con un Marc pegado a rueda y detras un Pedrosa haciendo la goma y fin de la historia.

Marc no intentó hacer un solo adelantamiento, ni uno solo, nunca, en ninguna vuelta, en ningún instante, ni un atisbo de meter rueda, de cambiar trazada, nada de nada, absolutamente nada. Es cierto que la Yamaha en aceleración y tracción dejaba sentada a la Honda, pero en el segundo parcial, entre las curvas 4 y 6, Marc tenia a tiro a Jorge en cualquier vuelta, en especial a 5-6 vueltas del final y ni una sola vez lo intentó, cuando todos, sin excepción, saben que lo podría haber hecho. Otra cosa es que se hubiera escapado, por que en el resto de parciales Jorge era más rápido y seguramente podrían haber estado enzarzados en una lucha que les hubiera ralentizado, y eso Marc lo sabía, por lo que decidió que el ritmo fuera estable, permitiendoles a los dos escaparse de Pedrosa, dejando muy muy lejos a Valentino, que era sin duda mucho más lento que el trio de cabeza.

Es muy probable que Marc,  al 50% de posibilidades, no le doy ni una más ni una menos, podría haber ganado la carrera a Jorge en un duelo final. No creo que tuviese mucho más margen que un parcial donde más que él ser rápido, era Jorge que tomaba precauciones para no arriesgar. Tampoco me cabe duda que Marc no quiso tomar riesgos innecesarios pudiendo haber creado una caída a Jorge, por que no olvidemos que si le hubiera pasado y Jorge hubiese acabado 2º, habría sido campeón igualmente, aunque la presencia de Pedrosa en los compases finales podría haber comprometido el resultado final.

No creo que entre Jorge y Marc hubiese un solo acuerdo entre ambos. Las cosas son mucho más simples. Sencillamente Marc no iba a dar un mundial a Rossi tras lo sucedido en Philip Island y  Malasia, sin tampoco olvidarse de Argentina y Assen. No es que quisiera que lo ganase Yamaha o Lorenzo, en el fondo le daba igual quien lo ganase, simplemente le quería arrebatar a Rossi de ganar su 10º campeonato, el más deseado, probablemente el más sufrido y prácticamente en una de sus últimas oportunidades sino la última. Justo o no, deportivo o no, dicen que la venganza se sirve en plato frío. A mi no me cabe duda, que en si se hubiera dado una situación a favor de Valentino con italianos alrededor, habría sucedido exactamente lo-mis-mo.

Valentino este año no ha sido rápido. Ha sido regular y ha pilotado de manera fantástica en carrera. Se ha aprovechado de los infortunios de Pedrosa, Marc y Lorenzo. Ha estado ahí cuando ellos no estaban, ha tirado de su experiencia e inteligencia para sacar el máximo partido a sus oportunidades aprovechandolas casi hasta el final, pero justo en este momento se ha encontrado con una realidad muy dura, con sus tres rivales, Jorge, Dani y Marc en un estado de forma muy superior al suyo.

Tengo la sensación que Valentino tenía muy claro que a pesar de ser el lider del mundial, en pista era el 4º en discordia y que necesitaba  y escribo entre comillas “quitarse del medio a las Honda”.  Es decir, que creo que con su juego psicológico quería influir en los pilotos para que en vez de encontrarse en una carrera a cuatro solo fuera a dos con Jorge, pero al final lo que ha conseguido ha sido el efecto contrario, poner en contra a un piloto que podía hacer con el lo que quisiera en pista. Y el problema no es que él se haya dado cuenta de ello, sino que toda su afición y la que no lo es, también.

Las declaraciones post-carrera, la súper afición rossista defendiendole a muerte, los medios italianos hablando de amaño y arropoandole en su italia natal,  no hacen más que mostrar la impotencia del gran campeón que es Valentino. Un piloto que es más que un piloto, él es MotoGp, él es motociclismo, él es la pasión personificada… pero también es orgullo, un orgullo que ha superado a su talento. Le ha faltado autocrítica desde el primer momento para reconocer sus errores, el juego limpio lo entiende a su manera y en un solo sentido y ha aprovechado su influencia y notoriedad como mejor ha podido, pero se ha olvidado que las carreras se ganan en pista y que ahí el orgullo no te hace ir más rápido.

Han pasado 19 años desde que debutara en el mundial de motociclismo. Sus cifras y sus gestas pasarán a los anales de la historia y quedarán grabados por siempre en la memoria de todas las generaciones presentes y futuras, y lo digo con seguridad que el día que Valentino se retire de la competición activa, su figura continuará tan presente en los circuitos como lo ha estado haciendo hasta ahora.

Nadie quiere ni oir hablar de la retirada de Valentino de la competición. Ni la afición, ni Italia entera y ni mucho menos Dorna, que sabe que es el mayor generador de ingresos del mundial. No digo que con casi 37 años no pueda seguir siendo competitivo, por que ahí tenemos los ejemplos de Checa o Baylis que con la cuarentena cumplidos fueron campeones en SBK, pero tal vez las generaciones jóvenes actuales están más preparadas o adaptadas a la forma de pilotar las nuevas motos del mundial.

El tiempo dejará a cada uno en el sitio que le corresponde y ya veremos si en 2016 con los nuevos neumáticos y nuevas electrónicas el orden del campeonato se altera y  sí Valentino sigue como hasta ahora, pero lo que si es seguro es que pase lo que pase Rossi tendrá su sitio en el Olimpo de los dioses.

Fotos: Facebook oficiales de Valentino y Jorge. Google para las de Marc