Ser aficionado de la Formula 1 – Por suerte o por desgracia, España no es un país de tradición de formula 1, lo cual tiene su lado bueno y su lado negativo. Yo me enganché a este deporte desde muy pequeñito a principios de los 80 y desde entonces puedo considerar que es mi afición favorita. Por aquel entonces y hasta prácticamente mediados de los 90′, las pocas retransmisiones televisivas de limitaban a RTVE y no precisamente con una cobertura excepcional e insitu como se hace ahora.
El hecho de que no hubiese representación española de forma constante y competitiva hacía que el publico no se enganchara. Por aquel entonces recuerdo perfectamente que a pesar de que solo hubiese dos cadenas de televisión, TVE1 y TVE2 las audiencias de grandes premios madrugadores como el de Japón se limitaban a apenas 700.000 televidentes cuando se estaban jugando un mundial.
La presencia de Luis Perez-Sala a finales de los 80′ no fue un gran detonante para atraer a más publico, pero hay que reconocer que por aquel entonces los duelos Senna-Prost se comenzaron a vivir como verdadero duelos legendarios del boxeo. Raro era que nadie conociese a las dos grandes estrellas, aunque solo fuera por los finales de los mundiales del 89′ y 90′.
El caso es que poco después con la llegada de Telecinco la cosa no cambio mucho y las audiencias de estos grandes premios nocturnos apenas superaban el medio millón de televidentes lo cual yo considero un récord, además de ser seguramente un buen indicativo del tipo de aficionado que seguía este deporte.
Las mejores crónicas post-carrera te las encontrabas en la revista Autopista, Motor 16 o Auto-Hebdo Sport, e incluso en algunos de los diarios nacionales de mayor tirada. Se notaba en la redacción, la calidad de la información y la especialización en el deporte que trataba con una exquisita objetividad todo lo que sucedía en un gran premio.
Con la llegada de Marc Gene y Pedro de la Rosa a la F1 a finales de los 90′ se dio un pequeño impulso a las audiencias, pero la escasa continuidad de las emisiones en directo en canales españoles y el hecho de que tuviéramos que hacer virguerías para encontrar canales por satélite como la RTL, la RAI o ZDF, hicieron muy difícil poder fomentar este deporte en España.
Por suerte, la aparición de Fernando Alonso en el 2001 cambio la perspectiva. Miento, en 2001 el publico español no solo no confiaba en Fernando, si no que ni siquiera sabían de su existencia. Eramos muy pocos los que habíamos seguido su carrera deportiva desde el Karting a la Formula 3000 pasando por el Open Nissan hasta poder ver su espectacular temporada de F1 con el Minardi.
Realmente no fue a hasta 2003 donde en España y gracias a Fernando Alonso la afición a este deporte donde comenzó a despegar hasta cifras inimaginables. El problema es que los aficionados por lo general, y en especial los que son solo de ver las carreras el domingo por que es lo mejor que ponen en la tele y de paso un Español puede ganar, se ven muy condicionados por la información que reciben por los medios de comunicación.
Por desgracia la información de Formula 1, salvo algunos medios especializados, se ha convertido en un circo como el que se ha convertido la información de otros deportes de masas como el futbol, cuando nunca este deporte se puede asemejar a nada parecido. Desde mi punto de vista, en el enfoque de la información de Formula 1 en este país está claramente adulterado.
El problema de la Formula 1 es la concepción de este deporte. Son carreras de maquinas pilotadas por profesionales. Las maquinas son diseñadas y construidas por equipos de ingenieros que por lo general no salen en las fotos. Es un deporte donde el factor técnico es determinante para que el piloto pueda tener opciones de victoria y donde el piloto tiene que sacar partido al coche con su habilidad y experiencia. Y aquí es donde surge la dualidad del aficionado: Equipo ó piloto?
Durante los últimos años me he encontrado con todo tipo de aficionados. Fans incondicionales de Senna, prácticamente los mismo en oposición de Prost, que si de Piquet, que si de Mansell, que si de Schumacher, que si Hil y así con un sin fin de afinidades hasta hoy con Hamilton.
Al final, el que ha sido seguidor de un piloto, será defensor del mismo durante y después de su carrera deportivo, indistintamente de los equipos por los que pasara, y en contraposición me he encontrado con verdaderos seguidores de equipos que solo se han casado con sus colores, y cuando un piloto salía de sus filas pasaba directamente a la lista de enemigos.
Esta sutil diferencia marca de forma significativa la manera de apreciar los grandes premios y la forma de valorar los éxitos y fracasos. Los fans de los pilotos siempre echan la culpa al coche y los fans de los equipos siempre echan la culpa al piloto. El hecho es que ambas formas de ver la F1 son tan validas como cualquier otra, pero por desgracia las informaciones que recibimos por parte de los medios de comunicación suelen contaminar la realidad.
Fernando Alonso ha sido el gran precursor de este deporte en España, algo de lo que seguramente se lo sabremos agradecer lo suficiente, y como pasa en otros deportes donde un español ha dominado como ha pasado con Induraín en el ciclismo, Ballesteros en el Golf o Nadal en el tenis, su nombre pasará a la historia como uno de los deportistas de proyección internacional más grandes que ha tenido este país.
Ya sea la red social que sea, medio de comunicación o foro, siempre surge tema sobre Alonso, tanto de fans como detractores, y cuando se habla de Formula 1 prácticamente todo gira entorno a él como si se reuniera una revista de cotilleo, con algunos panfletos llamados diarios deportivos y terturlias radio-televisimas. El resultado es una bomba de relojería donde lo que menos importa es el deporte.
Ya no me considero el erudito en F1 que era hace unos años. Cuando era más joven no dejaba de leer revistas, artículos, anuarios, estadísticas y buscaba videos de F1 de debajo de las piedras. No existía Internet y el acceso de información era complicado, pero cuando por suerte a mediados de los 90 empezo a el boom de las www, es cuando di un salto de conocimientos de este deporte que nunca podría haber imaginado.
Fechas, resultados, historias de carreras, datos de monoplazas de todas épocas, practicamente cualquier cosas sobre F1 era mi pasión. Ver una carrera no era seguir a un piloto o un color de un monoplaza. Significaba empaparme de todo lo que sucedía en cada vuelta de entrenos y carrera de todos y cada uno de los pilotos. La semana después del gran premio era hasta enfermizo. Reproducía una y otra vez la carrera hasta no perder el mínimo detalle, contrastaba informaciones con todos los medios de comunicación que llegaban a mi alcance.
Para mi ver una carrera significaba realmente leer la carrera, fijarme en cada detalle y entender los pasos y movimientos de cada uno, predecir las estrategias y el resultado final como si de un ingeniero de pista se tratara. Reconozco que tal vez llego a un punto un tanto enfermizo.
Por suerte, el cambio de prioridades en esta vida hicieron que levantase el acelerador para fijarme en otras cosas, pero eso no cambió ni mi forma de ver las carreras ni mi acidez a la hora de decir las cosas tal y como las pensaba. No me caso con nadie , salvo con mi señora esposa, y mucho menos voy a dar la razón como los tontos, pero lo que nunca voy a hacer es consentir comentarios injustos o mentiras por encima de la verdad. Y en este país por desgracia, por la forma de vivir la Formula 1, sucede a diario.
Tengo la suerte que gracias a este despertar de aficionados existe una calidad de apasiodos de este deporte con los que da realmente gusto intercambiar opiniones o simplemente leer sus comentarios. Y eso quiere decir que dentro de la cantidad, tambien existe la coherencia, de lo cual me siento muy afortunado por que permite disfrutar charlando de este deporte con aficionados que viven la formula 1 con verdadero sentido común.